EDUCACIÓN ALIMENTARIA
El ser humano requiere de diversos nutrientes en calidad y cantidad para llenar las necesidades del organismo.Una dieta balanceada que incluya alimentos fuentes de todos los nutrientes asegura un óptimo crecimiento físico, así como un buen desarrollo mental ,sin embargo, para que el ser humano se desarrolle integralmente, además de la nutrición biológica requiere otro tipo de nutrición, la nutrición afectiva, que también se requiere en calidad y cantidad suficiente para desarrollar la inteligencia emocional del individuo.Los nutrientes de la nutrición biológica, incluye a los macronutrientes (proteínas, lípidos y carbohidratos) y a los micronutrientes (vitaminas y minerales); las principales funciones de las proteínas es como constructores y regeneradores de tejidos, principalmente; los carbohidratos y grasas, como fuente y reserva de energía, necesarios para realizar todas las funciones del organismo, para movernos y para mantener la temperatura corporal, y por último las vitaminas y minerales como sustancias protectoras del organismo.Los nutrientes de la nutrición afectiva son equivalentes a los de la nutrición biológica: - Constructores: En esta categoría se incluyen los nutrientes afectivos que forman la estructura de la inteligencia emocional: amor, respeto, aceptación, reconocimiento, caricias físicas y emocionales. - Energéticos: Aquí se incluyen todos aquellos nutrientes que nos “mueven” a actuar, como son las oportunidades, sueños, creatividad, que impulsan a la persona a proponerse metas y alcanzarlas. - Protectores: se refiere a los nutrientes afectivos que nos protegen de las influencias negativas del entorno y que nos ayuda a interactuar en forma armoniosa con el mismo, por ejemplo autoestima positiva y comunicación asertiva.La educación alimentaria nutricional contribuye a mejorar los conocimientos, actitudes y prácticas alimentarias de las personas para lograr una vida sana y productiva. Ayuda a las personas a decidir o actuar mejor en lo que respecta a su alimentación, nutrición y salud. Por lo general, al momento de preparar la comida en nuestra familia elegimos las más fáciles de cocinar, las más baratas o las que, en un principio, aparecen como las más sabrosas.
Es necesario que nos detengamos a pensar que una buena alimentación nos ayuda a sentirnos bien, protegiendo nuestra salud.
Por lo tanto es necesario promover los cambios necesarios para que nuestras comunidades logren hábitos de alimentación sanos, buscando una forma económica de preparar sus comidas de manera que no afecte el bolsillo familiar.
Pero para esto es necesario tener en cuenta la realidad de cada lugar y sus posibilidades.
Además para tener una buena salud y alimentación es muy importante la actividad física. Existe evidencia científica que demuestra de forma concluyente que la actividad física regular proporciona beneficios sustanciales para la salud de las personas. Ahora sabemos que las personas que realizan habitualmente ejercicio físico tienen mejor condición física, menos grasa corporal, más masa muscular, una mayor densidad mineral ósea, y un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, y cáncer. El ejercicio también puede ayudar a las personas a mejorar su estado psicológico, y en general su calidad de vida. Por otro lado, los avances que han experimentado durante los últimos años las Ciencias de la Alimentación están permitiendo disponer de técnicas y estudios que evidencian el papel que desempeñan los nutrientes y otros componentes de los alimentos en la salud. En estos inicios del siglo XXI nos encontramos inmersos en un contexto en el que la demostración científica de los beneficios saludables de los alimentos es una tarea impulsada por organismos nacionales e internacionales que velan por la salud de la población. En definitiva, una adecuada alimentación acompañada de la práctica habitual de ejercicio físico conforman un estilo de vida saludable que, con la implicación de todos los profesionales sanitarios, debe ir calando en la población.